Preparación de materias primas: Primero, se preparan las materias primas necesarias para la producción de aromas. El tipo de materias primas dependerá del aroma que se desee obtener. Por ejemplo, se pueden usar cáscaras de limón para el aroma de limón y vainas de vainilla para el aroma de vainilla.
Extracción: Las materias primas se extraen generalmente utilizando un disolvente (líquido). Esto ayuda a extraer la esencia de las materias primas, lo que permite obtener el aroma deseado. Los disolventes más comunes utilizados para la extracción son disolventes orgánicos como etanol, metanol o hexano.
Concentración: El proceso de extracción produce una solución a partir de las materias primas. Esta solución se concentra posteriormente. Esto hace que la sustancia aromática sea más densa y más fácil de almacenar. La concentración se puede lograr calentando la solución bajo vacío.
Mezcla: La sustancia aromática concentrada se mezcla con agentes portadores (generalmente agua). Esto proporciona una estructura más homogénea al aroma y facilita su uso.
Filtración: La mezcla pasa por un proceso de filtración. Esto elimina cualquier residuo restante en el producto y garantiza que el producto final sea más limpio y puro.
Almacenamiento: El aroma preparado se almacena en condiciones adecuadas. Estas condiciones pueden variar según el tipo y las propiedades de la sustancia aromática.
La producción industrial de aromas se utiliza en muchas áreas, especialmente en industrias como la alimentaria y la cosmética. Los aromas preparados industrialmente pueden presentarse en forma de polvo, líquido o gel y estar disponibles en una amplia variedad de sabores y olores.