La homogeneización de la leche es un proceso que consiste en aplicar alta presión para romper los glóbulos de grasa y lograr una distribución homogénea. Este proceso aumenta la viscosidad y blancura, así como el sabor y la digestibilidad.
En la industria de alimentos y bebidas, la homogeneización se utiliza para separar partículas sólidas y prevenir la formación de sedimentos, logrando una vida útil más larga, buena textura, mejor sabor y consistencia.
La homogeneización aumenta el área superficial de los productos, reduce la separación de fases y el tiempo de reacción. También optimiza el uso de aditivos, mejorando la intensidad del color y el control de la viscosidad.
Los homogeneizadores se utilizan para liberar productos como enzimas, vitaminas y proteínas de organismos como levaduras, bacterias, células sanguíneas, plantas y tejidos mediante procesos de ruptura celular de alta presión.
La homogeneización de alta presión puede reducir el tamaño de partícula al diámetro de micrones deseado. Proporciona productos más estables y eficientes mediante la creación de turbulencia y cavitación en comparación con los métodos tradicionales de mezclado.
Los homogeneizadores de alta presión mejoran la calidad del producto, el color, la estructura y la vida útil al ofrecer ventajas como un tamaño de partícula pequeño, una distribución uniforme, una textura más suave y una mayor penetración.